Nada mejor para despedir el año que una carrerita. Y nada mejor que la San Silvestre vallecana. No hay otra cosa igual. 25.000 personas (muchas más, porque sin dorsal había cienes y cienes), disfraces, un ambientazo como no hay otro, una salida que pone los pelos de punta, un recorrido espectacular, la gente animando, la puta cuesta de Vallekas... lo tiene todo. Eso sí, la ruba insiste en que el año que viene tengo que correrla con ella, es decir, con la gente que va de pachanga, que es lo realmente divertido.
Y añado yo, la rubia en cuestión, que yo corrí los mismos 10 kilómetros unos 20 minutos más lento, pero descojonada de risa, flipando con el mogollón de gente, con el público, con los disfraces, haciendo fotos, saltando, trotando y arrejuntándome un buen rato a un grupo de mogollón de frikis disfrazados de de tó que iban cantando todo tipo de cantes regionales... ya estoy preparando atuendo para el año que viene, que he visto unas alitas en H&M que ni pintás :-)
Clasificaciones y más fotos.
