A favor: un recorrido francamente bonito; correr con Martín Fiz; los cuatro kilómetros del medio en un falso llanito en las dehesas de Cercedilla entre pinos; el ambiente en la salida y en la meta; ver a gente ya ambientada 15 días antes de las fiestas.


En contra: un frío pelón; los tres kilómetros de subida del principio por las cuestas del pueblo; la broma de mal gusto de que cuando llegas al kilómetro nueve te dicen que quedan "casi otros dos para llegar".